Villamarta 2013 - Ed. Especial
ED. ESPECIAL VILLAMARTA 2013 ANIVERSARIO
EL GRAN VINO DE "EL CORREGIDOR" EN CRIANZA BIOLÓGICA
Con esta saca especial de 60 botellas de Villamarta 2013 conmemoramos lo que, más allá de un cambio histórico, es un paso necesario de vuelta a la viña de Jerez. Hace más de una década que Barajuela 2013 salió a la luz y agitó a la comunidad de productores y aficionados con la proposición de un Jerez no fortificado. Nuestro sueño era volver a esas grandes botellas de las décadas de 1930 y 1940, a su sapidez infinita que actuaba como crisol, llevando al Jerez hacia su destino, gestado desde finales del siglo XIX: un gran blanco de guarda.
El centro de boca de aquellas botellas de Carta Blanca o de Tres Palmas, que inmortalizaban la albariza de barajuelas, era otro. No había valle entre la salinidad de entrada y el larguísimo amargor final hoy habitual. Ese centro nacía de bajos rendimientos y de otra forma de entender el suelo. Nacía del tiempo y de no solo pensar, sino estar en la viña. Por eso, en realidad, nunca se trató de fortificar o no: se trató de comprender el balance de cada parcela y actuar en consecuencia; de potenciar una sapidez que no pesa, pero sostiene y honra la memoria.
Jerez pasó de asolear de manera obligatoria hasta 1969 a prohibir que un Jerez pudiera no estar fortificado. De los anuncios de finos junto a los redores de asoleo a la imposición de añadir alcohol para llamarse Jerez. Deshacer esa desviación ha tomado más de una década, pero se ha conseguido: se cumple nuestro anhelo de que Jerez ya no sea únicamente un vino de licor, sino vino, sin más adjetivos. Mi mayor deseo es que estas 60 botellas de Villamarta 2013 sean un faro, no una reliquia. Que la próxima generación vuelva a desafiar qué significa Jerez; que, inevitablemente, se abra otro debate que reconfigure las bases: que arda y reconstruya. Porque en esa discusión vive el verdadero espíritu de nuestro vino: la tensión intergeneracional que vuelve a levantar un nuevo Jerez cada siglo.
VARIEDAD
100% Palomino Fino
VITICULTURA
El viñedo tiene 40 años y esta podado a moflete. Una forma particular de conducción jerezana para viñedos que ya no son capaces de seguir en vara y pulgar. El rendimiento es de unos 5000 kgs/Ha debido a la vejez y al tipo de poda. El suelo es una Albariza de Barajuelas, famosa por tener una marga laminar que recuerda al perfil de una baraja de cartas.
VENDIMIA
La vendimia se realiza en un continuo durante casi 2 meses. Los vendimiadores van recorriendo el viñedo desde principios de agosto hasta final de septiembre seleccionando racimos para diferentes tipos de vinos. Los primeros días se recogen los racimos más verdes y menos favorecidos en la planta. Esta Primera Suerte se destina a la elaboración de un blanco con baja graduación alcohólica y elevada acidez, con el que podemos corregir el resto de elaboraciones. A partir de la primera semana de septiembre empieza una selección de racimos para nuestros vinos. Los primeros días se van seleccionando los racimos que creemos totalmente maduros y se van depositando cuidadosamente en el suelo para empezar el asoleo. Como norma general los racimos con vocación de Palmas son vendimiados al principio de septiembre y tienen unas 6 o 7 horas de exposición al sol.
ELABORACION
En el 2013 se elaboraron 14 botas de Palmas. A lo largo de los años algunas de estas botas salieron al mercado en estadios de una Palma, como es el caso del Fino Barajuela 2013. Otras, se fueron guardando, a la espera de que algún día alcanzaran lo que para nosotros es el estadio más puro de la crianza biológica.
La vinificación fue la propia de los vinos como Barajuela que ya conoces. Vendimia durante dos meses, seleccionando diferentes racimos según madurez. Fermentación hasta 15 grados naturales en bota y crianza biológica adaptada a la añada.
En el caso del 2013 se llenaron más las botas debido a que era una añada fría y no era necesario pulir tanto el vino con biológica. Su crianza, por tanto, se ha basado más en restringir el contacto del vino con el oxígeno que de reducir el grado alcohólico y el glicerol de éste.
Ningún sulfuroso fue añadido durante el proceso.
Durante el último año se han removido las cabezuelas (lias del velo) para ponerlas en contacto con el vino y suavizar la boca, redondeando el estilo de tres palmas que tenemos en la memoria y que, para nosotros, desarrolla su plenitud en 1940 en Jerez.
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